jueves, 21 de abril de 2011

FASE II


Se pretende que los alumnos de primer y segundo ciclo de educación secundaria seleccionados, se beneficien de un programa de intervención individual en la mejora de la lectura. Los alumnos no tienen necesariamente problemas intelectuales, ni presentan grandes problemas en otras áreas o asignaturas, sin embargo, tienen una velocidad de lectura muy baja para su edad, por debajo de 120 palabras por minuto, en unos casos por problemas idiomáticos y en otros sin que haya un motivo aparente.

Al iniciarse el curso escolar, durante el mes de septiembre se realizan pruebas de lectura a todos los alumnos de educación secundaria para comprobar así la media de palabras por minuto (Apéndices I a IV). Los trabajos realizados en cursos anteriores en primaria y secundaria, han demostrado que el entrenamiento lector mejora notablemente la velocidad de los alumnos.

Finalizada la evaluación y decidido aquellos alumnos que han sido acogidos en el proyecto lector, se mantiene un primer contacto con la familia para explicarle las características del proyecto y los objetivos que se pretenden alcanzar, así como las razones por las que los profesores y los psicólogos consideran conveniente la incorporación de su hijo. Si la familia acepta se establece un «contrato» en el cual se le pide que se asegure que su hijo dedica todos los días de 15 a 30 minutos a la lectura, es decir, la familia se corresponsabiliza en la consecución de los objetivos del proyecto

No se trata de una competencia del gabinete psicopedagógico en sí misma, pero las circunstancias ante el escaso número de horas disponibles de los docentes, hace que el gabinete colabore también a que los alumnos seleccionados para el proyector lector se beneficien del programa de intervención individual en la mejora de la lectura.

Este programa tiene por objetivo ayudar a los alumnos a mejorar su comprensión y velocidad lectora, especialmente a alumnos en cuyo país de origen no tienen el castellano como idioma materno, ya que tienen más dificultades para integrarse en el centro y alcanzar los niveles académicos necesarios.

Se pretende que los alumnos seleccionados se beneficien de un programa de intervención individual en la mejora de la lectura. Los alumnos no tienen necesariamente problemas intelectuales, ni presentan grandes problemas en otras áreas o asignaturas, sin embargo, tienen una velocidad de lectura muy baja para su edad, en unos casos por problemas idiomáticos y en otros sin que haya un motivo aparente.

¿Por qué velocidad lectora?

La lectura es un elemento central en el estudio de cualquier asignatura, razón por la que los docentes del centro mostraron una gran preocupación por la Comprensión Lectora. Esta preocupación surgió a partir de las dificultades detectadas en determinados alumnos, sobre todo incidiendo en la velocidad lectora inferior a 120 palabras por minuto en Secundaria. Las pruebas de evaluación de velocidad lectora realizadas a los alumnos al inicio del curso 2009 2010, mostraban que el número de alumnos que no alcanzaban las 100 palabras por minuto era muy numeroso, fundamentalmente entre los alumnos inmigrantes cuya lengua materna no era el castellano.

La Comprensión Lectora es una destreza muy compleja que requiere de los procesos cognitivos de atención y de memoria, (traer elementos de la memoria a largo plazo a la memoria de trabajo, guardar elementos del texto en la memoria de trabajo para su posterior análisis, etc.). Si los procesos de bajo nivel no están automatizados, también requieren de grandes recursos de atención y memoria para decodificar los signos escritos, y como la capacidad de la persona es limitada estos procesos entran en competencia por los recursos disponibles, luego estos son ocupados en la decodificación y no quedan disponibles para la comprensión. Por esta razón, es usual escuchar a los alumnos decir que leen una página y no entienden o recuerdan lo que han leído, esto significa que su atención y memoria han sido ocupadas para decodificar y no han podido ser ocupadas para recordar y comprender el texto leído, luego para comprender es necesario que realicen por lo menos una segunda lectura.

En este punto aparece otra dificultad, cuando un proceso requiere gran cantidad de recursos de atención y memoria, produce mayor cansancio. Luego la lectura cuando no se encuentra automatizada, además resulta una tarea que cansa al alumno, por lo tanto no puede ejecutarla por períodos largos de tiempo, luego es muy probable que el alumno indique que no desea leer por segunda vez, esto en alumnos de lectura lenta obedece a que la actividad les ha cansado. Luego el aumento de la velocidad lectora es una condición imprescindible para la mejora de la comprensión lectora, porque permite liberar atención y memoria para que se desarrollen y ejecuten los procesos comprensivos, además, permite que el alumno pueda leer textos más largos, porque se cansa menos.

Sin embargo no es una condición suficiente, sólo permite que los procesos propiamente compresivos (de alto nivel) se puedan desarrollar. La velocidad lectora es una variable que generalmente no es atendida, luego resulta ser el escollo que no permite que otros procesos se desarrollen completamente. Además, tiene otras consecuencias, por ser la lectura una actividad que cansa, resulta desagradable, lo que la hace tremendamente desmotivadora, si a esto se suma el hecho de que en muchas ocasiones la tarea de lectura (libro de asignatura o texto para lectura personal) que se le encomienda al alumno presenta para éste un nivel de dificultad muy alto, el proceso además de cansado y desagradable, resulta tremendamente frustrante para el alumno, lo que afecta a la autoestima.

La respuesta del equipo docente y de orientación ante esta dificultad es el proyecto lector del centro que ha demostrado ser una herramienta muy positiva en la evolución y mejora de la velocidad y compresión lectora del alumnado con dificultades.

Evaluación e integración de alumnos de nueva incorporación

A las dificultades de contar con un número elevadode alumnado extranjero (35%) y un número no menos elevado de países de origen diferentes (22), hay que añadir que en ocasiones el alumno se incorpora con retraso al curso.

Considerando que la educación va dirigida a personas concretas, y que ésta debe ser individualizada e integradora, la asunción de esta segunda tarea es más acorde a las tareas relacionadas con el rol del Psicólogo Educativo, ya que se orienta a alcanzar los objetivos específicos establecidos por el gabinete, colaborando en su consecución, centrados en los siguientes ámbitos o áreas de actuación:

Plan de prevención de las dificultades de aprendizaje del alumno de nueva incorporación. Plan de atención individualizada a las necesidades del alumno de nueva incorporación y su familia.

Adecuación si fuera necesario de la oferta educativa a las necesidades del alumno, atendiendo a la diversidad por medio de la Compensación Educativa o programa de diversidad curricular. Colaborar en el plan de acción tutorial individualizado.

Plan de acogida

Para los alumnos inmigrantes, la llegada al centro educativo supone un duro impacto psicológico al tener que enfrentarse a una situación nueva y un entorno diferente al suyo, del que desconocen casi todo: en muchos casos la lengua, sus compañeros de clase, a veces impregnados de prejuicios, el centro con sus reglas propias, el tipo de actividad escolar, etc. Y todo ello en un momento personal difícil, al estar viviendo el duelo por la pérdida de todo lo que le era querido hasta ese momento. Esta situación se agrava cuando su experiencia y bagaje educativo son muy distintos a los del resto de sus compañeros. Así, los alumnos inmigrantes se enfrentan a menudo, con dificultades como:

Utilización en su vida cotidiana y en todo proceso de enseñanzaaprendizaje de una lengua diferente a la lengua materna.

Diversos referentes culturales: el que le ofrece la escuela y el que encuentra en casa, que suelen obedecer a dos concepciones distintas de vivir y de actuar.

Diferentes niveles académicos. Algunos alumnos presentan uno o varios cursos de retraso curricular en relación a su edad.

Dificultades de adaptación que condicionan la socialización: alumnos que, en ocasiones, no tienen amigos con los que tratar o lo hacen siempre con niños de su propia nacionalidad.

Por ello, también el centro educativo tiene que adaptar y sistematizar su respuesta educativa ante la llegada del alumnado emigrante. Una buena acogida para el alumnado que se incorpora por vez primera supone ofrecer un espacio para el desarrollo personal, Adecuación si fuera necesario de la oferta educativa a las necesidades del alumno, atendiendo a la diversidad por medio de la Compensación Educativa o programa de diversidad curricular

Colaborar en el plan de acción tutorial individualizado.

Por lo tanto, el objetivo prioritario del Programa de Acogida es la inclusión de todo el alumnado mediante la participación y el compromiso de todos los miembros que intervienen en la labor educativa del centro.



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